sábado, 10 de diciembre de 2011

¿NO ES ASÍ?

¿No es así?

Intenté olvidarte, ¿no es así?

Al menos lo intenté.

Viniste a mí en un recuerdo,

Mientras comenzaba a conocerme,

Sentado en la piedra de mi nostalgia.



Pensé en ti, ¿no es así?

Como si fueras un lento desahogo de mis deseos,

Caminas por mi memoria sin dejarme dormir.

No puedo si no pensar en que ya me has olvidado,

Cada vez que te busco en mí,

Sé que pertenezco a tu vagón del olvido.

¿No es así?


Byron Delgado

ME QUEDARÉ AQUÍ

ME QUEDARÉ AQUÍ

Cuando te despediste, me quedé aquí.

Sin esperar la intención, lloré.

Estos días no pasarán.

Tu recuerdo queda, mientras me quedo aquí.

¿Dolores? ¿Cuándo terminarán?,

Ando en andrajos de hombre, eso fue:

Haberte dicho que me quedaré aquí.


Byron Delgado

HOMBRE MÍNIMO

HOMBRE MÍNIMO

Resulta que hoy desperté siendo yo,

El hombre mínimo con quien nadie sueña,

Una barra de jabón y una vestimenta para cubrir,

El que no recuerda el dolor, y no lo sufre este día.

Sí. El hombre mínimo con quien nadie sueña,

Uno de esos osarios del recuerdo,

Con la nariz altiva y el cabizbajo,

Personalidad de títeres y valiente.

El hombre mínimo que todos queremos ser,

Al menos una vez antes de morir.


“Te lo dije”, expresión de amor acallado.

“¡eres así!”, definición de ti.

En mi conciencia, solo tú.

En mi vida, nada más sin ti.

Defenderás lo que no fue salvado,

Si en estos días, comencé a ya no más

Conseguir una memoria que no recuerdo.

Byron Delgado

QUÉ CRUEL


Cuando quiero escribir,

No hace falta leer obras y emborronar más líneas,

Sólo rebusco en mí,

Y entre las redondillas de mi corazón, entono las cuerdas.

Cuando quiero soñar,

No hace falta evocar a mis héroes y sus hazañas,

Sólo nazco otra vez,

Y entre los coloquios de la memoria, vidas extrañas.

Así que cuando quiero vivir,

Sólo debo recordar quien soy.

Siempre he de vivir hastiado de lo que no somos,

Y resistirnos a toda costa de lo que podemos ser.

Byron Delgado

sábado, 21 de agosto de 2010

...

Disfrutar de esta tela, línea entre curva y cruda ¿Y si me ves? Quién será la praxis de ese viejo empapelado, desfasado entre la ironía de una pintura holográfica que descansa en su regazo. Será la línea que también es burla
Que también es risa
Que también es sal
Que también es hombre.
No será esa curva de tizas que una vez fue la espalda adolorida y endulzada por los polvos de un dios. De esa creación fatídica enraizada como proverbio del tiempo. Como canción emancipada de ese ejército de arena que se hunde, bajo las conquistas y palabras de guerras que nunca serán del cielo, y que dibujan manos a fuerza de dibujar espejos superpuestos en sí mismos.

Luigi Esposito Jerez

lunes, 21 de junio de 2010

Divagaciones y divulgaciones sobre libros

A menudo suelo pasar por las tiendas de libros usados del Mercado Huembes de esta capital con la curiosidad de saber que les ha llegado últimamente a los marchantes de osarios editoriales. Pero también con la esperanza de ser recompensado por la suerte de encontrarme con cierta obra antigua o reciente de algún autor conocido cuyo tema esté dentro de mi interés.
En algunas ocasiones esas visitas no han sido muy afortunadas ya que no encuentro nada interesante. No obstante, debo confesar que han sido más las ocasiones en que me he llevado obras cuya edición han desaparecido por décadas, en otras palabras reliquias, nacionales especialmente.
En otras ocasiones la fortuna es tal que he llegado justo cuando a los marchantes le han llegado algún lote de libros con “novedades”, como en una ocasión en que me encontré una enorme cantidad de libros sobre la teología de liberación, cuya mayor sorpresa no fue encontrar las obras de Gustavo Gutiérrez o sobre Helder Camera, sino el saber que la mayoría de los libros tenían el sello de la biblioteca personal de un sacerdote conocido.
Esos hallazgos de retazos de bibliotecas de personajes conocidos son cosa que ocurren a menudo en ese pulguero. Cuando se vista esos lugares, ni por asomo se siente el sosiego y la solemnidad de las librerías de nuevos libros y de editoriales conocidas. La venta de libros se hace con el mismo desenfado con que se vende una libra de papas. Y el sitio está tan revuelto y desordenado que el esfuerzo que se hace para encontrar un libro interesante, es similar al de las ventas de verdura. Recuerdo haber encontrado entre una ruma de libros llenos de polvo, junto a unos platos y vasos sucios de sus dueños, un libro de una ensayista argentina, en cuya primera página estaba escrita una afectuosa dedicatoria a Sergio Ramírez.

Días atrás pasé por la tienda de una de las marchante con quien tengo amistad, “La chela”. Como de costumbre comencé a remover rumas de libros, como un topo metiendo la mano en el fondo de algún estante o estirando la mano o inclinando el cuello para ver que son esas montañas de libros. Pues, ese día me encontré un libro titulado “Divulgaciones de Rubén Darío”, edición modesta del Ministerio de Educación. Era una de las tantas publicaciones realizadas por el Estado somocista durante la década de los cincuenta y cuyo merece una reflexión histórica.

El libro es una compilación de fragmentos de trabajos de diversos autores relacionados con la obra y vida de Darío, comentados por el periodista Gustavo Alemán Bolaños quien aparece como autor. En su organización se observa que se intercalan algunos cuentos, poemas y escritos periodísticos del poeta. Según el sub título que acompaña el título principal, es un “texto para la Cátedra Rubén Darío creada por el Ministerio de Educación pública de Nicaragua”.

Esa Cátedra fue fundada a mediados de la década de los cuarenta, en el marco de los esfuerzos del gobierno de Somoza García por hacer de la figura y legado del bardo, el elemento cohesionador de la sociedad nicaragüense, fragmentada por la violencia política. Intelectuales de diversas tendencias políticas recorrerían, durante los años que duró la Cátedra, los institutos nacionales, universidades y centros culturales de las principales cabeceras departamentales del país organizando conferencias sobre la obra del poeta leonés.

Fue una buena idea contar con un libro base para la Cátedra, en una época de decidía institucional por incentivar publicaciones de autores nacionales. Más aún aun cuando ese propósito tiene fines tan nobles como el contribuir a la difusión de la cultura. Al revisar los materiales esta obra, se evidencia un interés por hacer una apretada síntesis de todo el trabajo y vida del poeta, intercalando comentarios, pasajes de su vida con fragmentos de sus principales trabajos, los cuales aparecieron en libros cuyos títulos han quedado inmortalizados para la posteridad.

Lo contradictorio del libro, es la sección de anecdotarios, crónicas y cuadros, cuya temática enfatiza lo que el compilador/comentador, llamaría lo nicaragüense. ¿Cuál? La vida campestre, rural, y el imaginario supersticioso aún presente en la sociedad de la época (lo tradicional). Pareciera que el propósito es remover la vieja discusión del Darío nicaragüense, versus el afrancesado o europeizado, que el poeta sentiría en carne propia. Lo paradójico de este libro es que esas obras europeizantes o exóticas (donde la universalidad es evidente) poemas, cuentos o crónicas soslayadas adrede, o apenas referidas, no han envejecido, siguen tan frescas y actuales como el día que las escribió el poeta.

El intelecto en sombras

La idea inerte, cuyo trasfondo es un agujero negro, vacio y frio.
Que penetra en el inconsciente
de quienes han estado en sempiterno letargo mental.
Es el estandarte de quienes se regocijan en la ignorancia,
mas no saben que la indumentaria
de su exigua razón no alcanza a dilucidar la verdad.
Sus mentes están desnudas y famélicas del fruto de la vida.
Emprenden con denodada ineptitud, el genocidio literario,
Comentan, comentan, comentan
La boca se llena, y el espíritu fatuo sigue
El sendero de la oscuridad.
El torrente impetuoso se pronuncia petulante,
La verborrea de fútiles y pueriles palabras profanas
Es la rutina de quienes mendigan amor a la luz.
El eterno retorno se cumple
Y ellos seguirán siendo arrastrados
Por la espesa cadena de la ignominia
El ocaso nunca ha llegado a sus vidas,
Desconocen el misterio del superhombre
Los prejuicios y las torpes disertaciones
Han obnubilado el progreso de la sociedad
Es así como se consume la muerte de la humanidad
Entre las diatribas infructuosas
Y la apología a la mediocridad.

Ariel Linarte

jueves, 20 de mayo de 2010

Los Justos

Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Jorge Luis Borges

lunes, 10 de mayo de 2010

Niños e izquierda

Quien dice a los niños
Tenéis que pensar como la derecha
es de derechas
Quien dice a los niños
Tenéis que pensar como la izquierda
es de derechas

Quien dice a los niños
no tenéis que pensar en nada
es de derechas
Quien dice a los niños
Es igual lo que penséis
es de derechas

Quien dice a los niños
aquello que piensa
y les dice también
que puede que esté equivocado
es quizá
de izquierdas

Erich Fried

viernes, 23 de abril de 2010

Placer real ideal

En momentos en los
cuales la magnificencia
del mundo retroaplicable
invade mi enajenada vida,
los estallidos de el
placentero proliferan a matar
el retroaplicable...
ser de estar tan ajeno
a mi...
Clama desesperadamente
mi alma sucia y negra.
Muerte a "tenues" sensaciones
existenciales del utópico
"ideal".
Mientras el otro yo, solo yo,
observa la irrealidad
de placer e ideal.
y piensa en el
"placer ideal irreal".

Romeo González