La Caverna Ilustrada nace de las inquietudes, intereses y sueños compartidos de un grupo de jóvenes nicaragüenses con la mirada puesta en la reflexión y el debate sobre temas vinculados con la realidad cultural.
¿Qué hacemos?
La Caverna Ilustrada se reúne periódicamente con el fin de desarrollar una agenda de discusión en torno a obras literarias, artísticas, históricas y filosóficas, tratando de mantener en todo momento una perspectiva independiente y objetiva.
"El mejor de los arroces es el que se come cuando está fresca la noche, a punta de partir la barba con los dientes." A. Úbeda
" Maquillar la vida en el binóculo -frazada de caricias- panoplia para mariposas, - he ahí la vida de las camareras de la vida.
Acostarse en una navaja de afeitar y sobre pulgas en celo - viajar en barómetro - mear como un cartucho - cometer errores, ser idiotas, ducharse con minutos santos - ser golpeados, ser siempre el último - gritar lo contrario de lo que dice el otro - ser la sala de redacción y de baños de dios que cada día se da un baño en nosotros en compañía del pocero, - he ahí la vida de las camareras de los dadaístas.
Ser inteligente - respetar a todo el mundo - morir en el campo de honor- suscribirse a la Deida Exterior - votar por Fulano - el respeto por la naturaleza y la pintura - aullar en las manifestaciones dadá, - he ahí la vida de las camareras de los hombres. "
Rafael Alberti España: 1902-1999 Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que transita solamente la rabia, que en los tuétanos tiembla despabilado el odio y en las médulas arde continua la venganza, las palabras entonces no sirven: son palabras.
Balas. Balas.
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, humaredas perdidas, neblinas estampadas. ¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
Balas. Balas.
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Balas. Balas.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.
La muerte que alguien espera
Vicente Huidobro
La muerte que alguien espera La muerte que alguien aleja La muerte que va por el camino La muerte que viene taciturna La muerte que enciende las bujías La muerte que se sienta en la montaña La muerte que abra la ventana La muerte que apaga los faroles La muerte que aprieta la garganta La muerte que cierra los riñones La muerte que rompe la cabeza La muerte que muerde las entrañas La muerte que no sabe si debe cantar La muerte que alguien entreabre La muerte que alguien hace sonreír La muerte que alguien hace llorar La muerte que no puede vivir sin nosotros La muerte que viene al galope del caballo La muerte que llueve en grandes estampidos Regreso
Octavio Paz México: 1914-1998 Así como del fondo de la música brota una nota que mientras vibra crece y se adelgaza hasta que en otra música enmudece, brota del fondo del silencio otro silencio, aguda torre, espada, y sube y crece y nos suspende y mientras sube caen recuerdos, esperanzas, las pequeñas mentiras y las grandes, y queremos gritar y en la garganta se desvanece el grito: desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen.
Apretaba en el ceño la rabia de una lágrima, en la inocente crencia del niño-hombre: "los hombres no lloran". Frunció. Dientes rechinaban, agua desbordó del dolor de quien sabe que causa.
Mensajito colgado en la pared para no olvidar la época en que teníamos valores
Muertos están todos los dioses: ahora queremos que viva el superhombre. ¡Sea esta alguna vez, en el gran mediodía, nuestra última voluntad!