jueves, 28 de enero de 2010

El brindis de Minerva

Si se encuentra orgulloso en pensar que el vuelo de Minerva invade Nicaragua, entonces quiere decir que el mes de abril lo ha abandonado. Afirmo que Minerva invade los salones de gala, también sus grandes alas abrazan los vinos que se sirven en nocturnas celebraciones intelectuales, mientras los iniciados a la razón pura y a la dialéctica, se encuentran refugiados en la poesía y el cuento, y otros en la lectura de Paulo Coelho y de Gioconda Belli.

No deseo insultar al escritor o al lector, sino darle a conocer mi enojo cuando observo a rectores, embajadores o intelectuales difuminándose entre arrugas y mal aliento, sin recordar la praxis como característica propia que Latinoamerica ha promulgado en su filosofía.

La práctica, se ha convertido en charlas, lanzamientos de obras y brindis. Poseo un miedo a tal aburrido ritual, y a que un día tenga que alzar vuelo y olvidar lo que es hoy en mí, un abril eterno de quehaceres prácticos, y convertirme en un intelectual con pensamiento descabellado para las nuevas generaciones, siendo respetado por mí edad y no por el ingenio.

Eduardo Flores