domingo, 8 de febrero de 2009

El giro y su rueda

Él giraba, siempre gozaba de ese constante girar, chocando en cada esquina, y cuidando el paso para no caer en el precipicio derecho, respiraba fuerte, pero con la suavidad suficiente como para no tentar al vacío y así empezar una inevitable atracción. Repelía todo, y contaba con la verdad de no soportar el cese de tanto girar. Pasaba sus días contemplando las cosas inmóviles. Discutía con frecuencia sobre el por qué del girar de las cosas y de los árboles, y siempre le respondían con un escupitajo, pero aún así, su girar nunca se detenía, ni siquiera cuando así lo decidía luego de deliberaciones vacilantes. Tanto tiempo en movimiento. Sufriendo con forzado aplomo la lentitud de su rueda. Cuando moría, cosa que sucedía cada 10 o 12 segundos, únicamente lograba resucitar con la sencillez de alguna que otra hoja que pasase convenientemente por aquellos lugares. El viento poco le ayudaba, se le oía hablar de lo mal cuidada que mantenía a su propia rueda, y continuaba en su discurso, con una enumeración señorial de las tantas situaciones en las que él, amante de los giros, se había encontrado vivo. De pronto lo llamaban, y una luz que gustaba de ofuscar, deslumbraba sus ojos; poco a poco se le notaba en el rostro alguna cicatriz, rellenándose por un velo, y saliendo de aquella amalgama de líquidos corporales, ciertos seres que pretendían aminorar el vaivén del supremo contestaban con un grito aparentemente sordo. Generalmente todos levantaban las manos para recuperar lo antes posible el velo que se había incrustado en aquella hendija de carne, pero poco lograban, y al ver el irrefutable fracaso, concluían acertadamente en ir a caminar y despejar sus girares.

Luigi Esposito Jerez

3 comentarios:

Stanley W-M dijo...

A rolling stone gathers no moss...

WSWM

Enmanuel Barquero dijo...

No entendi ni papa...

Axel Ubeda dijo...

es lo que te digo mae
estas loco!!!!!!!!!
gira y gira, en el minúsculo ratón de laboratorio. El barco se levantó del sofa. Fuck you! ja