domingo, 9 de marzo de 2008

Pos parto

Miago, el sordo, ve labios mover
Armas y armamentos, armas y armamentos, palabras y reuniones
Peligrosas confesiones, ruidoso arcoíris de blanco amanecer
Comida y cargamentos, ¿Porque no van de la mano?
En la tierra rota donde el indio se niega y la teledirigida se ensalza

Aquí hay hombrecillos verdes que parpadean, haciéndote correr
En la isla de los sin puerto hay un hombre que queda rojo, haciéndose correr (sangre)
Aquí se ensalza la divinidad de la raza, de la historia y la pereza
En el planeta de la siempre aurora cabalga la autoinmunidad

-Aló, si. Envío urgente, ¿Es para Nicaragua? , ya se de lo que va, no gracias.
Sollozos de la plañidera no hacen sino repetir gritos histriónicos, meníngeos

A ver si nos entendemos que es mas vil asesinar a los no nacidos,
Que entregarse en ofrenda (esto nos diferencia)
Maldita memoria si abarca la desidia de los años
De “no olvido que estoy olvidando”
Y esos labios por más que te quieras alejar se mueven y habla el silencio, Bendito acoso

De los años de los hermanos, de los años de soportar
Brota en el corazón sangre que no se inscribe, que lucha por sacar cabeza
Brota y empapa todo sentimiento bulímico de arte
Que resurja la glotonería del saber, ya sus danzas nuestros pies han de extrañar
Y los sonidos de la tierra destrocen y hagan estallar las vendas que dejan pies pequeños

Explosión
Recreación de la vida
Explosión
La cocina de los años ha producido
Empero, empieza a recorrer tímidamente el hilo
Hilo de aroma que arrastra
Rastrea audiencia, que recorre el mundo

De aquella comida en lo hermético queremos saborear
El alimento que no caduca, pero mientras lo niegan desaparece
Mientras lo observan retoza eufórico y se reproduce
Esta semilla bajo trato cariñoso tímidamente hace surgir verde

Entonemos, lenta y sorpresivamente, en la palestra cibernética,
El arrinconamiento al patíbulo de la ceguera, de la sordera, todo eso, todo eso
Entonemos, lenta y sorpresivamente. De manera lenta y sorpresiva
Y el hombre cambiará su nombre y el nombre resucitará al humano

Amen de las diferencias


Hambriento (Colaborador). Madrid, España.

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